Más y mejor liderazgo, por favor.
Necesitamos más personas tratando de unirnos. Más personas dispuestas a actuar para mejorar las vidas de los demás. Más ‘ondas de esperanza’ para conseguir un ‘mundo más nuevo’.
En un momento delicado para el panorama político en nuestro país, y más allá, se me antoja necesario compartir con vosotros algunos retales de Robert (‘Bobby’) Kennedy, muy hábil y con la capacidad de dar un paso atrás, subir a su atalaya y desde ahí aprender de la experiencia y elegir la mejor de las opciones.
Y yo, que frecuentemente presumo de disfrutar de mi atalaya y así divisar el campo de batalla o, como diría mi admirado Manuel Bermejo, disfrutar de mis ‘momentos napoleónicos’, me lanzo la pregunta sobre cómo encajaría un perfil como Bobby en un entorno tan mediocre políticamente como el actual. Sin duda, el tipo de líder que necesitamos hoy.
Su padre le llamaba ‘enano’. Sus enemigos ‘despiadado’ y su hermano ‘Black Robert’. Si os parece, dejémoslo en Bobby.
¿Y por qué digo que es el tipo de líder que necesitamos hoy? Para empezar porque era un demócrata en el sentido original de la palabra. Jack Newfield, columnista del New York Times, decía que ‘era igual de empático con los trabajadores y trabajadoras blancos que con los negros, latinos y nativos americanos. Piensa por igual en los policías, camareras, trabajadores de la construcción y los bomberos. Refiriéndose a todos ellos como ‘su gente’”. De hecho tenía fama de ser el único liberal del Senado al que se veía saludar regularmente a los agentes de policía de Washington que estaban de turno. Y es que su ‘brújula’ moral estaba más clara que la de su hermano John.
Cuando asesinaron a JFK, Bobby no ‘despareció’, utilizó su fama y su nombre para iluminar las partes más oscuras del país. Sobre la pobreza y el prejuicio. Sobre aquellos que morían de hambre en el país más rico del mundo. Sobre la difícil situación de los agricultores migrantes…
Kennedy se negó a potenciar las divisiones étnicas de Estados Unidos. Quería unir a todas las personas,y no puedo dejar pasar por alto su espectacular su discurso en Indianápolis el día que murió Luther King. Mientras los incendios asolaban las ciudades americanas, Indianapolis estaba en silencio.
Y hacer estas cosas le hacían venirse arriba. Ser fiel a sus principios e ideales, le hacía cada vez mejor. El día que le asesinaron, horas antes, le dijo a un periodista: ‘tengo una asociación con aquellos que están menos acomodados, donde quizás podamos lograr algo, unir al país. Si la división continúa, lo único que tendremos será caos’.
No pudo verlo. Su carrera se vio truncada con 42 años. No pudo seguir sirviendo a su país con honor y distinción. Y estoy seguro de que lo haría, porque no dejaba de mejorarse a sí mismo. Era un líder que no dejaba de aprender de los errores.
La gran evolución de Kennedy sobre los derechos civiles destaca de manera similar a su capacidad para aprender a través de la experiencia. Pensó que los activistas de derechos civiles estaban lastimando la imagen de los Estados Unidos. Todo esto cambió cuando vio el odio de aquellos que se oponían a la desegregación y la violencia que presenció contra activistas de derechos civiles. Ensangrentado en la batalla, Kennedy se convirtió en un fuerte aliado en la causa.
Hasta su ambición era diferente a la de los gobernantes de hoy. Su ambición era con propósito. Defendía que el cambio comienza con las acciones de una sola persona y que si suficientes personas hacen los mismo, pueden cambiar la historia. En su visita a Sudáfrica en 1966, en pleno Apartheid, le dijo a un grupo de universitarios que ‘cada vez que un hombre defiende un ideal, o actúa para mejorar el bienestar de otros, o ataca la injusticia, envía una pequeña onda de esperanza’.
Bobby no dejó de crecer en ningún momento. Increíble su papel en plena ‘Crisis de los misiles’ de Cuba. Después de mostrar las fotografías aéreas de los sitios de armas nucleares soviéticos, abogó en un primer momento por bombardear las plataformas de lanzamiento. Pero al darse cuenta de que esto significaría matar a cientos o incluso miles de cubanos y muchos soviéticos, comenzó a buscar una alternativa. No quería que los Estados Unidos condujeran, como él dijo, un ‘Pearl Harbor and reverse’.
En su empeño en solucionarlo, tuvo un encuentro secreto con un agente soviético y le propuso a Estados Unidos que retirara sus misiles de Turquía a cambio de que Moscú hiciese lo propio en Cuba. Convenció de nuevo a su hermano John y el intercambio con los soviéticos funcionó. Con las cabezas más frías y ya desde la atalaya, la guerra nuclear entre los Estados Unidos y la URSS pasó a mejor vida.
Y esto fue lo que distinguió a Robert Kennedy. A veces era un fanático, pero tenía la capacidad de dar un paso atrás, reflexionar, aprender de la experiencia y elegir la mejor opción. Además, la compasión de Kennedy por la sociedad marginada, su deseo de unir a las personas independientemente de su condición y su obsesión por aprender, aprender y aprender, le convierten en el que sería un antídoto perfecto para lo que estamos viviendo hoy en día, y siempre con la humildad de reconocer que la primera idea no es necesariamente la mejor.
El mundo que deseaba todavía no ha llegado. Sigue la pobreza y desigualdad, los prejuicios, diferencias entre razas… y eso no quiere decir que Bobby estuviese equivocado. Quiere decir que tenemos que esforzarnos más.
Estoy convencido de que necesitamos más personas como Bobby, en nuestra clase política, en nuestras empresas, en nuestras vidas... Más personas tratando de unirnos. Más personas dispuestas a actuar para mejorar las vidas de los demás. Más ‘ondas de esperanza’ para conseguir un ‘mundo más nuevo’.
Y dicho esto, vamos con las recomendaciones…
¿Un libro?
Familias Empresarias en la Sociedad del Cambio, de Manuel Bermejo.
Cumpliendo con su palabra de publicar un libro cada 4 ó 5 años, recientemente ha visto la luz este libro. Una obra alineada con el propósito vital de su autor de ayudar a que tengamos un mundo con mejores Empresas Familiares, gestionadas por buenas Familias Empresarias. Porque un mundo con Empresas Familiares es un mundo mejor.
Manuel Bermejo, aparte de, como os decía al principio , un referente para mi y buen Amigo, es uno de los referentes a nivel mundial en buen gobierno y continuidad de Empresas Familiares y en esta última obra nos ofrece una hoja de ruta clara, realista y comprometida para afrontar los retos de la sociedad del cambio en la que estamos inmersos: disrupción tecnológica, impacto de la IA, tensiones geopolíticas, transformación de los valores empresariales...
El autor nos recuerda que la longevidad y sostenibilidad de la Empresa Familiar no depende solo del legado ni del patrimonio, sino de la profesionalización de la gestión, la claridad de propósito compartido y la capacidad de evolucionar hacia modelos más abiertos, colaborativos y resilientes. Hablamos de liderar con madurez estratégica, integrando nuevas generaciones, diversificando modelos de negocio y avanzando hacia lo que él llama ‘Empresa Familiar 4.0’.
Una lectura que no solo inspira, sino que también llama a la acción con rigor y sensibilidad. Totalmente recomendable para consejeros, fundadores, sucesores y profesionales que acompañamos estos procesos desde dentro o desde fuera de las organizaciones familiares.
¿Una clave? Gobernar con cabeza, pero también con alma.
¿Otro libro?
Digital Organizations. The organization you need to become a high-performing business in the age of AI, de José Cantera.
En Digital Organizations, el autor propone una idea poderosa: la mayor innovación de la era digital no está en los productos o tecnologías en sí, sino en las organizaciones de alto rendimiento que los crean. Empresas como Amazon, Google o Tesla han desarrollado modelos organizativos completamente nuevos, capaces de energizar a sus equipos, ejecutar con precisión mediante software e inteligencia artificial, y evolucionar continuamente a través de la experimentación. Este enfoque sistémico lo resume en el concepto del excellence loop, que articula los tres pilares fundamentales del rendimiento en la era digital: energía, ejecución y evolución.
Cantera defiende que las organizaciones deben comportarse como organismos vivos, no como máquinas. Eso implica liderar con una visión transformadora y un propósito claro, atraer y desarrollar talento de primer nivel, e instaurar una cultura de obsesión por el cliente. Además, recalca que la ejecución hoy está indisolublemente ligada al uso del software, la automatización y la colaboración con ecosistemas externos. Las empresas que industrializan el desarrollo de software y aprovechan la inteligencia artificial como motor de sus cadenas de valor son las que logran adaptarse con mayor velocidad a los cambios del mercado.
Además, señala que la evolución estratégica ya no puede basarse en planes rígidos, sino en una cartera dinámica de experimentos que permita aprender, adaptarse y reforzar las ventajas competitivas constantemente. Esta mentalidad de ‘estrategia viva’ convierte a las organizaciones digitales en auténticos laboratorios de innovación continua.
Un excelente libro para entender cómo rediseñar las empresas para competir, y ganar, en la era de la inteligencia artificial, sin ‘tecnofuturismos’ vacíos y un enfoque profundamente humano, organizacional y sistémico que apoya una cultura organizacional donde el talento, la velocidad de aprendizaje y la visión compartida son la clave del rendimiento sostenible.
¿Otro libro?
El español que enamoró al mundo. Una vida de Julio Iglesias, de Ignacio Peyró.
Un regalo de mi reciente cumpleaños, ¡GRACIAS!, y que en cuanto lo recibí le tuve que hacer un hueco en medio de mi lista de lecturas.
Ignacio Peyró, director del Instituto Cervantes en Roma y reconocido escritor, ha publicado recientemente este libro, una biografía que explora la vida y carrera de Julio Iglesias y dónde destaca la profunda conexión del cantante con Galicia, afirmando que, si Iglesias debe identificarse con unas raíces, elige siempre las gallegas.
El libro no solo narra la trayectoria musical de Iglesias, sino que también ofrece una visión del contexto sociocultural de España durante las décadas en que el artista alcanzó su fama. Peyró analiza cómo Iglesias, sin poseer una voz excepcional ni habilidades instrumentales destacadas, logró convertirse en una figura icónica gracias a su carisma y perseverancia.
Además, la obra aborda aspectos personales de Iglesias, incluyendo sus relaciones, su estilo de vida y su imagen pública. Y señala que, a pesar de ser asociado con la derecha madrileña y mantener una postura apolítica, Iglesias ha sabido manejar su imagen y mantenerse relevante en la cultura popular, incluso entre las generaciones más jóvenes.
Una perspectiva completa y matizada de Julio Iglesias, resaltando su impacto en la música y en la sociedad española, así como su arraigada conexión con Galicia. Os gustará.
¿Una reflexión?
El Futuro del Trabajo en tres horizontes.
Os invito a repensar el trabajo no como un hecho aislado, sino como un sistema complejo e interdependiente que se encuentra en plena transición. A través del modelo de los Tres Horizontes, podríamos estructurar un análisis que va más allá de los titulares sobre inteligencia artificial o modelos híbridos, para plantear un enfoque sistémico que ayuda a imaginar, cuestionar y co-crear el futuro del trabajo hacia 2050.
El primer horizonte (H1) representa el sistema actual, dominado por estructuras tradicionales como la semana laboral de 40 horas, el trabajo centrado en el empleador y modelos de crecimiento obsesivo. Y es aquí donde muchas de estas dinámicas ya muestran signos de agotamiento o están en conflicto con las exigencias sociales y ecológicas emergentes. El segundo horizonte (H2), el espacio de transición, incluye señales de cambio como la economía freelance, los espacios virtuales, o las nuevas demandas por justicia social y equidad. Aquí conviven tanto innovaciones que refuerzan el sistema actual como aquellas que apuntan hacia transformaciones más profundas.
Finalmente, el horizonte tres (H3) plantea un conjunto de posibles futuros preferibles, como modelos económicos post-crecimiento, la economía circular, el aprendizaje permanente...
Es necesario reconocer que estos futuros ya están emergiendo en el presente, y que nuestra acción como individuos y colectivos puede acelera, o frenar, su desarrollo.
Más que una predicción, esta reflexión es una herramienta de diseño estratégico. Un mapa para explorar el presente con más consciencia, imaginar alternativas más humanas y sostenibles, y actuar con propósito. En tiempos donde el discurso dominante sobre el futuro del trabajo oscila entre el miedo a la automatización y el debate sobre las reducciones de jornada, esta visión amplia y matizada quizás arroje algo más de luz y sensatez.
¿Un podcast?
Tocaba volver a la radio… y hemos vuelto. Esta vez para hablar de diferencias entre ChatGPT, Deepseek y alguna de sus primas.
Gracias a todo el súper equipo de La Tarde de COPE por contar siempre conmigo😉 .
‘Technology is the exponent for the execution of human desire. You ain't seen nothing yet’.