Libros para que llevéis en la maleta y los que llevaré en la mía (2025).
Toca preparar maletas para irse de vacaciones y qué mejor que acompañar bikinis y bañadores con buenas lecturas.
Y llega el verano, esa época en la que todo el mundo dice leer mucho y se hacen fotos en el borde de la piscina con un libro entreabierto sobre su regazo al sol. Es como si en verano fuese obligatorio leer. En tal caso, creo que en invierno también debería ser obligatorio. Y en otoño, y en primavera… ¿no? Pero bueno, se ve que nadie dice nada de la conveniencia de la lectura cuando se tienen otras obligaciones. Aunque todos deberíais saber que acudir a vuestros trabajos sin haber leído es como ir cojos, algo ciegos y con las ‘entendederas’ a bajo rendimiento.
‘La verdad es que no leo mucho’ equivale a un no leo nada de nada. Quizás se evada de la realidad enchufado a la televisión enganchado a una serie de culto en Netflix o HBO. No quiero parecer pedante si afirmo que leer es una obligación intelectual, y además, tildarlo de obligatorio, pasaría mi comentario de obvio a castigo. Así que, cuando no tengáis nada mejor que hacer… leed.
Ver noticias en las que se dice que cada vez se venden menos libros hace que me eche a temblar. Me entra incluso cierto miedo por ver hacia donde nos dirigimos. Me queda el consuelo de que durante el invierno leemos muchos más tuits y en verano todos llevamos algunos libros en la maleta para ponernos al día. ¿Cuántos vais a leer? ¿dos? ¿tres? ¿diez? Quizás ninguno, porque si nos echamos a la mar en una tabla de surf, la cosa se complicará. Que sí, que hay tiempo para todo, o no, porque ¿cuántos días de vacaciones tendréis? ¿Y qué velocidad de lectura tenéis?
A unos días de irme de vacaciones, me imagino una maleta solo para mis libros, aunque quizás tire en parte de Kindle para evitar que me miren mal.
¿Y qué leer en verano? Podría decir que tirar de novelas estaría fenomenal, pero nuestros gustos se han ido desviando inevitablemente hacia lo necesario. Aún así me atrevo a diseñar el que sería un ‘escenario ideal’ para muchos: Las relecturas.
Y es que hay libros que a todos nos han marcado, que nos han maravillado, que han aportado a nuestro sentido crítico, a nuestro gusto… y a nuestra personalidad. No debemos perderlos de vista y echar mano de alguno de ellos en verano.
Venga, vamos con mis recomendaciones:
Las gratitudes, de Delphine de Vigan.
Una novela luminosa y conmovedora sobre la vejez, la soledad y la deuda emocional que dejamos sin saldar. A través de la historia de Michka, una anciana que empieza a perder el lenguaje y busca antes de morir agradecer a quienes un día salvaron su vida, la autora traza un delicado homenaje a la gratitud auténtica y a los vínculos invisibles que nos construyen. En un momento en que el abandono de los mayores se hace dolorosamente visible, esta novela adquiere una relevancia aún mayor.
Con un estilo íntimo y preciso, De Vigan entrelaza presente y pasado, dejando aflorar recuerdos de infancia marcados por la guerra, el miedo y la generosidad anónima. A través de las voces de Marie, una joven que fue acogida por Michka, y Jérôme, el logopeda que la acompaña en su declive, se construye un relato coral y emotivo que reflexiona sobre la memoria, el cuidado y los afectos compartidos.
Un recuerdo, sin dramatismos pero con firmeza, que en un mundo marcado por la productividad y la prisa, detenerse a dar las gracias puede ser un acto revolucionario. Una obra breve, pero profundamente humana, que nos toca en lo esencial.
Excéntricos, de Geminello Alvi.
Un homenaje a quienes decidieron no encajar. No es un libro de historia, ni una colección de biografías al uso: es un archivo de almas indómitas, un catálogo de vidas desviadas que, lejos de buscar la provocación, fueron fieles a su naturaleza incluso cuando el mundo les dio la espalda. Una reivindicación de la rareza como forma de lucidez.
Desde Gerónimo, convertido en atracción de feria, hasta Florence Foster Jenkins, emperatriz del desafine, pasando por visionarios como el Barón Corvo o el boxeador filósofo Gene Tunney, cada perfil resuena como una declaración de libertad. Algunos rozan el delirio, otros la genialidad, pero todos comparten una misma cualidad: vivieron sin pedir permiso, sin impostura ni cálculo. Lo que en muchos sería pose, en ellos era esencia.
Mujeres como la princesa Caraboo, que rompieron los límites impuestos por su tiempo, emergen en estas páginas no como notas exóticas, sino como ejemplos de poder autodeterminado. En su diferencia había una forma de resistencia.
Excéntricos es, en el fondo, una advertencia: en tiempos de algoritmos, estéticas previsibles e identidades certificadas, la auténtica rareza incomoda. El autor la rescata del olvido y la celebra como posibilidad radical. No es un libro sobre el margen; es un manifiesto contra la norma. Porque ser uno mismo, cuando todo conspira para lo contrario, sigue siendo el acto más subversivo. Como escribí hace unas semanas, es el poder de la autenticidad.
Nagori. La nostalgia por la estación que termina, de Ryoko Sekiguchi.
Un ensayo breve y poético que nos invita a reflexionar sobre la estacionalidad, la memoria y la nostalgia. El término japonés que da título al libro, y que literalmente significa ‘la huella de las olas’, designa el anhelo por aquello que se va: una fruta que deja de estar en temporada, un lugar que hemos habitado, una estación que se despide. Nagori es la melancolía que acompaña al final de algo querido, pero también el deseo de reencuentro y la belleza del recuerdo.
Con una prosa delicada y cargada de sensibilidad, el autor entrelaza gastronomía, arte, lengua y tradición japonesa para hablarnos de nuestra relación con el tiempo, la naturaleza y la pérdida. Al estilo de las viejas fisiologías del gusto, el ensayo se mueve entre la estética y la antropología cultural, reivindicando la importancia de saborear lo efímero y de aprender a despedirse.
Lejos de ser un texto nostálgico en el sentido triste del término, este libro es un canto a la conciencia del momento, una llamada a estar presentes en cada estación, en cada fruta que madura, en cada gesto que se desvanece. Un libro breve, pero lleno de profundidad, que deja una huella suave y duradera, como una ola que se retira.
Caledonian Road, de Andrew O’Hagan.
Novela ambiciosa y afilada que retrata con ironía y lucidez las tensiones sociales, políticas y económicas de la Gran Bretaña postbrexit. Su protagonista es un profesor universitario de éxito con una vida aparentemente estable, pero acosado por deudas y contradicciones que lo empujan a escribir un polémico libro de autoayuda para salir del paso.
A medida que su mundo se desmorona, Campbell se ve arrastrado por un torbellino de personajes y conflictos: su alumno brillante lo introduce en la darknet y las criptomonedas, su mejor amigo lidia con un escándalo público, y su cuñado aristócrata mantiene oscuros vínculos con oligarcas rusos. El relato entrecruza sus vidas con las de migrantes, pensionistas, influencers y políticos, en un Londres que arde bajo la superficie.
Con ecos de la gran novela social del siglo XIX, Caledonian Road ofrece una mirada ácida y envolvente a una sociedad fracturada por las desigualdades, la corrupción y el cinismo contemporáneo.
Dear Chairman: boardroom battles and the rise of shareholder activism, de Jeff Gramm.
¿Quién manda realmente en una empresa: el CEO o los accionistas? En Dear Chairman, el inversor Jeff Gramm ofrece una fascinante historia del activismo accionarial a través de una serie de cartas reales, muchas de ellas incendiarias, escritas por inversores a los consejos de administración de algunas de las empresas más emblemáticas de Estados Unidos. El resultado es una mirada única al poder, los conflictos y las tensiones que han ido modelando el gobierno corporativo moderno.
Desde Benjamin Graham en los años 20 hasta Carl Icahn, Warren Buffett o Dan Loeb en el siglo XXI, Gramm analiza cómo los accionistas han pasado de ser meros observadores a protagonistas capaces de forzar cambios estratégicos, reemplazar ejecutivos e incluso desmantelar imperios. A través de ocho casos emblemáticos, el libro muestra que detrás de cada batalla hay visiones enfrentadas sobre cómo generar valor… y quién tiene la última palabra.
Uno de los mayores logros del libro es humanizar los conflictos corporativos. Las cartas, a veces racionales, otras viscerales, revelan egos, ideologías y estrategias que van mucho más allá de los números. Pero también plantean preguntas esenciales: ¿cuándo un accionista activista mejora una empresa? ¿Y cuándo simplemente busca una ganancia rápida a costa del largo plazo?
Dear Chairman es una historia de poder, visión y resistencia en el corazón del capitalismo contemporáneo. Una lectura fantástica para entender cómo se decide, de verdad, el destino de una compañía.
A million miles in a thousand years: What I learned while editing my life, de Donald Miller.
¿Qué pasaría si tu vida se convirtiera en una película? A partir de esta pregunta, Donald Miller escribe este libro y que es, a la vez, crónica personal, ensayo existencial y llamada a la acción para una generación atrapada en la pasividad.
El punto de partida es un experimento: unos cineastas quieren adaptar su vida a un guion. Pero al enfrentarse a esa versión de sí mismo, Miller descubre que su historia carece de trama, conflicto y propósito. A partir de ahí, se propone ‘salir del sofá’ y construir una vida con sentido: busca a su padre ausente, recorre el Camino Inca hasta Machu Picchu, crea una ONG para jóvenes sin referentes, e incluso se une a una campaña en bicicleta a través de los Estados Unidos. El libro funciona precisamente porque sus aventuras no siempre salen bien, pero todas lo empujan a crecer. Interesante.
Los náufragos de Wager, de David Grann.
Una asombrosa historia real de naufragios, motines y supervivencia en los confines del océano Pacífico. A partir de una rigurosa investigación basada en cuadernos de bitácora, cartas e informes del siglo XVIII, el autor reconstruye una expedición naval británica que acabó en desastre: naufragios, enfermedades, asesinatos y juicios militares a los pocos que lograron volver a casa. Todo contado con la intensidad narrativa espectacular.
El libro nos sumerge en la odisea de siete barcos enviados a sabotear los tesoros coloniales españoles. Lo que empieza como una campaña imperial acaba siendo una lucha por la supervivencia, donde los marineros deben reinventar el orden social tras quedar varados en una isla deshabitada. El relato oscila entre la épica y lo salvaje, en un cruce fascinante entre Robinson Crusoe y El señor de las moscas.
Grann combina historia y literatura con elegancia, salpicando la narración con ecos de otros autores. No se limita a contar hechos, se pregunta por el valor de la escritura como único testimonio fiable, y manipulable, de lo vivido. ¿Qué pasó realmente en la isla del Wager? Cada superviviente escribió su propia versión, y esos relatos, contradictorios entre sí, acabaron convirtiéndose en libros con mucho éxito. La verdad se difuminó entre la necesidad de justificar, vengarse o simplemente contarlo.
Un libro que os atrapará por su fuerza narrativa y su reivindicación de la historia como materia literaria. Una demostración de que un buen escritor puede hacernos sentir fascinación por cosas que no sabíamos que nos interesaban: galeones, mapas, tormentas y hombres al borde del abismo.
There's nothing like this: The strategic genius of Taylor Swift, de Kevin Evers.
Bastante alejada, por no decir mucho, de mis gustos musicales, pero no se puede negar, y de hecho, ya he escrito en algún artículo del pasado (como aquí o aquí) que Taylor Swift está cambiando muchas reglas de la industria del espectáculo. Sí, está redefiniendo las reglas del juego. Desde sus inicios en el country siendo apenas una adolescente hasta el fenómeno global de la Eras Tour, su trayectoria es mucho más que una historia de talento artístico: es una clase magistral de estrategia, innovación y adaptación continua.
Este libro, cuyo autor es Kevin Evers, editor senior de Harvard Business Review, analiza con precisión las decisiones empresariales y creativas que han marcado cada etapa de la carrera de Swift. A través de una mirada que suele reservarse para grandes emprendedores o marcas legendarias, Evers desvela cómo ha sabido anticiparse a los cambios en una industria en constante disrupción, mantenerse fiel a su visión artística y seguir creciendo en influencia y éxito.
Combinando narrativa y análisis, y apoyándose en estudios de creatividad, psicología, estrategia e innovación, el libro presenta a Swift como lo que es: una superestrella contemporánea con habilidades tanto en la composición como en el liderazgo y la gestión de marca. Una artista que ha logrado mantenerse relevante durante dos décadas sin perder el control de su historia.
Tanto los fans como los escépticos encontrarán aquí una nueva forma de mirar a Taylor Swift: como una mente brillante capaz de navegar con audacia entre el arte y el negocio. Un perfil inspirador de cómo reinventarse, liderar y seguir ganando en un mundo que rara vez perdona el estancamiento.
Esto es agua. Algunas ideas, expuestas en una ocasión especial, sobre cómo vivir con compasión, de David Foster Wallace.
‘Esto es agua’ no es solo una frase. Es una invitación radical a despertar. Un libro que es el guion del discurso que David Foster Wallace dio el 21 de mayo de 2005 en la graduación en el Kenyon College, (Ohio) y que se hizo célebre no solo por su claridad y profundidad, sino por su tono honesto, vulnerable y alejado de los clichés típicos de las ceremonias académicas.
Comienza con una sencilla anécdota en la que dos peces jóvenes no saben qué es el agua para recordarnos que las realidades más profundas y determinantes suelen ser las más invisibles. Aquello que nos rodea, nos condiciona y nos moldea rara vez se cuestiona… precisamente porque estamos inmersos en ello.
También defiende que el verdadero propósito de la educación no es acumular conocimientos, sino aprender a pensar de verdad. Cuestionar nuestros automatismos mentales, desarrollar una atención crítica, y elegir cómo interpretar el mundo que nos rodea. Frente al piloto automático, el ‘default setting’ del egoísmo, la queja, el ensimismamiento…, propone un ejercicio constante de conciencia y libertad. Decidir qué tiene significado, y actuar con compasión.
Lejos de discursos motivacionales vacíos y llenos de frases hechas y obviedades, aquí se aborda con crudeza la vida adulta: su rutina, su alienación, su potencial para desconectarnos de lo que importa. Y lo hace para ofrecer una alternativa lúcida y exigente: el verdadero sentido de la educación liberal es ayudarnos a no vivir dormidos, a no ser esclavos de nuestra mente, a elegir, una y otra vez, salir del centro del mundo y mirar de verdad a los demás.
No ofrece respuestas fáciles. Pero deja una certeza duradera: prestar atención es un acto de libertad. Y recordar lo esencial, aunque sea lo más obvio, requiere valentía, esfuerzo… y mucha humanidad. Una joya.
The secret of our success: how culture is driving human evolution, domesticating our species, and making us smarter, de Joseph Henrich.
La pregunta del millón: ¿Qué nos hace realmente humanos? En este libro, el antropólogo Joseph Henrich plantea una idea tan poderosa como contraria al sentido común: lo que nos ha hecho dominar el planeta no es solo nuestra inteligencia individual, sino nuestra capacidad para construir y transmitir cultura colectiva. Lejos de ser meros cerebros grandes, somos criaturas profundamente interdependientes, moldeadas por el conocimiento acumulado a lo largo de generaciones.
El autor sostiene que nuestras habilidades cognitivas no son producto exclusivo de la evolución biológica, sino de un proceso cultural que ha domesticado nuestra especie. Desde el lenguaje hasta la cocina, desde las normas sociales hasta la tecnología, nuestro desarrollo ha sido guiado por aprendizajes compartidos, imitaciones y hábitos colectivos que ningún individuo podría descubrir por sí solo. Lo que nos hace inteligentes, dice, es nuestra pertenencia a culturas inteligentes.
Y apoya su tesis con ejemplos fascinantes: pueblos indígenas que saben cómo desintoxicar alimentos que serían letales si se prepararan sin conocimiento tradicional, o exploradores europeos que mueren en ambientes hostiles por no saber lo que los pueblos locales ya habían aprendido y transmitido durante siglos. También explora cómo normas culturales y creencias aparentemente arbitrarias pueden tener funciones adaptativas profundas.
No somos lobos solitarios con gran cerebro. Dependemos del grupo para aprender, sobrevivir y evolucionar. Un libro provocador y revelador que conecta antropología, psicología, biología evolutiva y economía para ofrecer una nueva teoría sobre el éxito de nuestra especie. Muy bueno.
The Believer, de David Coggins.
Un año de viajes con una caña en la mano y una mirada curiosa sobre el mundo. Más que un libro de pesca con mosca, es un ensayo vital lleno de humor, inteligencia y honestidad. Coggins relata sus experiencias pescando en lugares tan dispares como Noruega, Argentina, Cuba o Estados Unidos, pero lo que realmente atrapa no son los peces, sino las reflexiones que emergen entre lanzado y lanzado.
Al igual que en su anterior libro The Optimist, y que también os recomiendo, evita cualquier tono elitista y escribe desde el punto de vista de un apasionado que no siempre pesca, pero que siempre encuentra algo valioso en el intento. En The Believer, la pesca es excusa para explorar la cultura, la amistad, el paso del tiempo y la extraña mezcla de esperanza y decepción que acompaña a todo viaje con expectativas inciertas.
Las mejores historias del libro, de hecho, son aquellas en las que no se pesca nada. Porque como bien saben los pescadores, muchas veces el éxito no está en la captura, sino en todo lo que ocurre alrededor: los paisajes, los silencios, los imprevistos, y esa persistencia casi irracional que te lleva a creer, contra todo pronóstico, que el próximo lance cambiará todo.
Toda una oda a la paciencia, a la perseverancia y al placer de seguir persiguiendo lo incierto. Y lo ha hecho con un estilo claro, entrañable y profundamente humano. Aunque no hayáis tocado una caña de pescar en vuestra vida, The Believer es una lectura tan amena como reveladora. Porque al final, todos estamos persiguiendo algo que no se deja atrapar tan fácilmente.
No está nada mal, ¿no? Quizás parezca de locos, pero se hará lo que se pueda. Tampoco hay que leerlos todos. Tampoco tienen que ser esos….
Yo intentaré elegir los momentos más amables y relajados del día. Quizás cuando empieza a caer el sol, en algún rincón fresco del jardín y, ya puestos, donde se vea el mar. Después de comer ni me lo planteo, demasiado calor… y modorra. Una buena hora para retomar es antes de acostarme.
Y un aviso y consejo para navegantes, cuando lleguéis a la cala elegida, una vez fondeados, y cuando vuestros acompañantes salten al agua, sacad ese libro del bolsón de playa y disfrutad de su lectura en secreto.
El placer de la lectura es lo que tiene, convertirse en el mejor remedio para curarse de la vida…
Y con esto termino, o casi, porque me gustaría que, si os apetece, me recomendéis vosotros alguno, bien para llevar en la maleta o ya para ‘la vuelta al cole’. Podéis dejármelo como comentario un poco más abajo.
Gracias por acompañarme estos meses. Feliz lectura. Feliz verano. Nos leemos en septiembre y recordad que ‘cuanto más leen las ovejas, más negras se ponen’.
Me voy a permitir una recomendación, aunque probablemente ya la haya leído: el Gatopardo, de Lampedusa. Una historia que permite ver la evolución del mundo y de la sociedad a finales del siglo XIX pero que perfectamente podríamos aplicar hoy. Valores antiguos que desaparecen frente a nuevos protagonistas sociales. Maravillosa. Buenas vacaciones y un abrazo.
Muy buena recomendaciones. Gracias