Innovación e Inteligencia Artificial Generativa, buscando el mix perfecto.
Eso de que a estas alturas estaríamos respondiendo ante robots, o firmando el finiquito, está muy lejos de la realidad. Pongamos un poco de cordura.
Si me lo permitís, vamos a poner un poco de cordura sobre eso de la Inteligencia Artificial Generativa que tanto suena últimamente y que no sé yo si nos estaremos pasando.
Y es que parece que los nervios no han servido para nada. Sí, la Inteligencia Artificial ha llegado para quedarse, pero la afirmación de que a estas alturas de la película ya estaríamos todos respondiendo ante robots, o firmando el finiquito, está muy lejos de la realidad. De hecho, para los que estamos más inmersos en este mundillo, el último año ha demostrado que los humanos somos importantes, muy importantes, para impulsar la innovación a través de la Inteligencia Artificial.
Y venga, os regalo cuatro razones:
Las personas impulsan una ideación más creativa:
Esto es lo que suele ocurrir: le pides a tu herramienta de IA generativa favorita, gratis o de pago, me da igual, que escriba algo y el resultado es poco inspirador. Le pides que reescriba el texto y obtienes un resultado similar. Entonces, le pides que reescriba el pasaje ‘de forma más creativa’ y te escupe lo mismo. Eso sí, con muchos más adjetivos. Qué pereza.
Ahora, imagina el mismo ejercicio, sólo que esta vez estás intentando desarrollar ideas para tu próximo producto disruptivo. Aquí es donde entran en juego las personas inteligentes de la organización: la búsqueda de ideas para nuevos productos requiere creatividad, criterio y perspicacia humanas.
Es fácil enamorarse de lo que la inteligencia artificial generativa puede hacer en cuestión de segundos hasta que se analizas sus resultados. Da a tu equipo libertad, y tiempo, para refinar las sugerencias e ideas generadas por la IA. Ellos sabrán cuándo una idea está fuera de lugar y cuándo hay una idea única que podría convertirse en algo grande.
El toque humano requiere más tiempo, por lo que es posible que tu equipo no llegue a esas grandes ideas a la velocidad de la luz, pero quizá sí a la del sonido. Y eso sigue siendo mucho más rápido que las salidas anteriores a la IA. No está mal eh!
Necesitas humanos que examinen las cosas:
Tu equipo de innovación de producto conoce a la perfección los objetivos empresariales, la misión y los retos de los clientes. Lo viven, lo respiran y tienen la ventaja de la experiencia. La Inteligencia Artificial Generativa es fantástica a la hora de procesar datos y producir conclusiones, pero las personas siguen siendo necesarias para tomar las mejores decisiones.
En primer lugar, los seres humanos son responsables de garantizar la exactitud de los datos que se introducen en los sistemas de IA. Recordad que ‘malos datos, mala IA’ o… ‘basura que entra, basura que sale’. Una buena orientación basada en datos erróneos es una mala orientación. Por lo tanto, se necesitan personas con un contexto empresarial histórico para asegurarse de que los datos son precisos.
Pero incluso si los datos que se introducen en un sistema de IA son precisos, no hay garantía de que su orientación sea correcta. Sigue necesitando expertos que examinen las sugerencias en busca de posibles sesgos. Las personas añaden matices que la IA no tiene. Es importante señalar que, con el tiempo, la IA puede adquirir contexto, pero eso requiere que las personas compartan esa orientación.
La gobernanza exige diligencia humana:
La innovación escalable requiere una gobernanza rigurosa que establezca normas específicas para la toma de decisiones en cada paso del proceso de innovación. La Inteligencia Artificial es una gran herramienta para crear un nuevo modelo de gobernanza o perfeccionar uno ya existente. Pero, de nuevo, las personas añaden matices que los sistemas de IA no pueden ofrecer.
Una cosa que hemos aprendido en los últimos años es que muchos modelos de gobernanza de la innovación han pasado de estar escritos en piedra a ser más flexibles en función de la situación. Cuando surgen cambios inesperados, los responsables de la toma de decisiones deben tener la capacidad de llamar al orden. Cuando lo hacen, es fundamental que estos cambios se introduzcan en los sistemas de IA para que puedan aprender. A medida que la gente siga compartiendo las formas en que un modelo de gobernanza debe cambiar con la IA, las futuras iteraciones reflejarán esa aportación.
Cuestión de empatía:
La innovación no es una propuesta fría y carente de emociones. Los mejores productos tienen en cuenta los retos humanos, y esos retos pueden desencadenar frustración, ira e incluso emociones más profundas. Su sistema de IA más inteligente no entenderá cómo una UX defectuosa puede hacer perder el tiempo a un cliente y, cuando se combina con otros retos laborales, puede incluso llegar a degradar la satisfacción en el trabajo. Pero tu gente lo entiende.
Tu equipo entiende a los clientes. Mantienen conversaciones cara a cara, entienden sus obstáculos y pueden hacer preguntas cuando surgen nuevos retos. Tu equipo no puede enseñar empatía a la IA, pero puede aportar información obtenida de la atención y la preocupación reales.
Pues lo dicho, si quieres sacar el máximo partido de la Inteligencia Artificial en entornos relacionados con la innovación, es importante incorporar a las personas en todo momento. Esta decisión quizás no producirá los resultados más rápidos, pero te llevará hacia unos resultados de mayor calidad. Es la diferencia entre eso que llaman ‘la basura inmediata y la grandeza tardía’. ¿Te parece un mix justo?
Y dicho esto, vamos con las recomendaciones…
¿Un libro?
La Geografía siempre está y la Historia siempre vuelve, de Josep Piqué.
Los que me conocéis, sabéis la admiración que siempre he tenido por Josep Piqué. Todo un referente para mi y uno de los mayores conocedores del funcionamiento del mundo, pero, sobre todo, brillante y generoso a la hora de contarlo a los demás… y un gran amante de la Libertad.
Este ‘libro homenaje’ es un recorrido por muchos de sus ensayos y artículos que, a lo largo de los últimos años, publicó en distintos medios de comunicación.
Unos ensayos y artículos, que pese a tener, algunos, algún tiempo, siguen estando vigentes fruto de su visión estratégica y de largo plazo, ya que sabía como nadie que las grandes tendencias, como los movimientos migratorios, la inteligencia artificial, la crisis climática, la globalización… van mucho más allá de coyunturas puntuales y locales, y del corto plazo.
Amena, cercana y necesaria lectura en estos tiempo.
Y, como bien dice Gloria, en el inevitáblemente maravilloso, sentido y cercano prólogo, ‘ojalá disfrutéis con sus reflexiones, las compartáis o no. Exactamente como Josep hacía. Ese respeto hacia el pensamiento ajeno también es su legado’.
Y, si me lo permitís, GRACIAS Josep.
¿Otro libro?
Who wrote this: How AI and the lure of efficiency threaten human writing, de Naomi S. Baron.
¿Leerías un libro escrito por un ordenador? ¿Podrías distinguirlo? ¿Importaría acaso?
Las actuales herramientas de escritura con inteligencia artificial, sorprendentemente avanzadas, nos presentan un desafío esencial: como escritores, ¿debemos adoptar sin reflexión las ventajas de la IA para ahorrar tiempo, o deberíamos considerar lo que ganamos y perdemos al sucumbir a su encanto? Para comprender cómo la IA redefine lo que significa escribir y pensar, la lingüista y educadora Naomi S. Baron nos lleva en un recorrido que conecta la alfabetización humana con la tecnología moderna. Desde las lecciones de composición del siglo XIX hasta el trabajo del matemático Alan Turing, quien inventó una máquina para descifrar códigos en tiempos de guerra, y abarcando motores actuales como ChatGPT, Baron nos regala una visión dinámica del desarrollo de la alfabetización y la IA, y un vistazo a su futuro potencial. Con la tecnología volviéndose más sofisticada y accesible, es tentador optar por el camino fácil y dejar que la IA haga el trabajo por nosotros, pero tal eficiencia no siempre es beneficiosa. A medida que la IA nos ofrece sugerencias o nos proporciona textos completos, corremos el riesgo de perder no solo nuestras habilidades técnicas, sino también el poder de la escritura como medio para la reflexión personal y la expresión singular.
Interesantísima lectura.
¿Un vídeo?
Aquí os dejo una conversación entre Ray Kurzweil y Geoffrey Hinton en la que hablan sobre si la Inteligencia Artificial llegará a ser sensible, qué es la conciencia, si la IA debería tener derechos... y algun que otra cosa más. Una verdadera joya.
¿No les conocéis?
Ray Kurzweil, es un inventor y futurista estadounidense, es un pionero de la Inteligencia Artificial. Ha contribuido significativamente a las tecnologías de reconocimiento óptico de caracteres, conversión de texto en voz y reconocimiento del habla. Es autor de numerosos libros sobre IA y el futuro de la tecnología y ha recibido la Medalla Nacional de Tecnología e Innovación. En Google, Kurzweil se centra en el machine learning y el procesamiento del lenguaje, impulsando avances en tecnología y potencial humano.
Geoffrey Hinton, por su parte, es conocido como el 'padrino del deep learning', es un psicólogo cognitivo e informático británico-canadiense reconocido por su trabajo pionero en redes neuronales artificiales. Sus investigaciones sobre redes neuronales, aprendizaje profundo y aprendizaje automático han influido significativamente en el desarrollo de algoritmos capaces de realizar tareas complejas como el reconocimiento de imágenes y del habla.
¿Un artículo?
La historia definitiva del crédito privado, de Van Espina.
Un estupendo artículo en Wall Street Fintech, que nos cuenta de forma amena la historia del crédito privado, que ha representado dos tipos de cambios: en primer lugar, los grandes prestamistas se han sentido cómodos con los préstamos de alto riesgo y, en segundo lugar, los requisitos de capital de los bancos les han expulsado del mercado. El resultado es que el crédito privado está menos regulado, pero también presenta menos riesgo sistémico; no puede estar completamente aislado del sistema bancario, por supuesto, pero si lo llevan a cabo empresas que se supone que están en el negocio de arriesgar el capital de los inversores en lugar de preservar los activos de los depositantes, todas las partes saben en qué se están metiendo.
¿Una reflexión?
La que compartía el pasado 23 de abril, Día del Libro, en mis redes sociales, de la mano de mi admirado Carl Sagan:
‘¡Qué cosa más sorprendente es un libro!
Es un objeto plano, hecho de un árbol, con partes flexibles en las que están impresos montones de curiosos garabatos. Pero, cuando se empieza a leer, se entra en la mente de otra persona; tal vez de alguien que ha muerto hace miles de años.
A través del tiempo, un autor habla clara y silenciosamente dirigiéndose a nosotros y entrando en nuestra mente. La escritura es, tal vez, el más grande de los inventos humanos. Une a personas que no se conocen entre sí. Personajes de libros de épocas lejanas rompen la cadena del tiempo.
Un libro es una prueba de que los hombres son capaces de hacer que la magia funcione’.
Bonito, ¿verdad?
‘Right is right, even if everyone is against it, and wrong is wrong, even if everyone is for it’.