¿El mejor ejemplo de Emprendedor? Una madre.
Hoy es uno de esos días mundiales, internacionales o lo que sea que habría que celebrar a diario: el Día de la Madre.
Hoy es uno de esos días mundiales, internacionales o lo que sea que habría que celebrar a diario: el Día de la Madre. Es uno de los ‘cargos’ ganados a pulso que merecen más reconocimiento por parte de todos. Y es que así sí que se confirma como ninguna otra cosa, que ser madre es una actitud ante la vida. Una actitud que provoca mi admiración y mi más profundo respeto.
Las madres creen como nadie en que un mundo mejor es posible y sacrifican su vida para que así sea y sus hijos lo puedan disfrutar. Renuncian a mil y una cosas por ellos y siempre de manera desinteresada. Para ellas, nada es suficiente.
Por no desviarme mucho de la temática del blog, me atrevo a compararlas a los Emprendedores de verdad. A los que yo siempre tengo en mi punto de mira y a los que admiro. Definiré una docena de características que ambos tienen, ¿os parece?
Pasión: las madres, como decía, se entregan en cuerpo y alma para lograr que su ‘empresa’, su familia, salga adelante. Es un componente esencial y que lleva asociadas otras conductas inseparables.
Visión: Cuando tú vas, las madres ya están de vuelta (algunas llevan varias). Son visionarias. Detectan posibles problemas futuros. Son cautas y de carácter conservador. No arriesgan a menos que sea estrictamente necesario. Esa visión les permite establecer metas y así poder detectar prioridades y necesidades presentes.
Capacidad de aprendizaje: Siempre están aprendiendo para poder ayudar. Estudian antes que sus hijos los temas del colegio para poder echarles una mano con los ‘deberes’, llevan la contabilidad de la casa como nadie y tienen claro los conceptos ‘debe’ y ‘haber’.
Lograr resultados: saben que pueden controlar su destino y que tomar decisiones les llevará por el camino hacia ese objetivo. Son conscientes de que arrastran con ellos una empresa llamada ‘familia’, con un personal a su cargo llamados ‘hijos’ y que, hagan lo que hagan, el fin ha de ser convertir a ese personal y a esa empresa en líderes del mercado. Son la mejor guía.
Determinación y coraje: Aceptan como nadie los problemas y no dudan en ponerse manos a la obra para enfrentarse a ellos y solucionarlos. Utilizan esa visión de la que hablaba antes para anticiparse en la medida de lo posible, identificar el problema y darle solución.
Creatividad e Ingenio: Hacen magia. Generan continuamente valor a su alrededor. Enriquecen. Son diferentes. Hacen que todo parezca más sencillo de lo que realmente es.
Persistencia: Jamás se dan por vencidas. Encuentran mil maneras de hacer algo para que al final todo nos resulte más sencillo y consigamos el éxito con el menor esfuerzo.
Sentido de oportunidad: Identifican como nadie las necesidades que tengamos, los problemas y las tendencias de nuestro alrededor y buscan cómo satisfacerlas. Nos quieren ver felices.
Trabajo en equipo: Buscan el consenso, tienen la última palabra teniendo en cuenta las opiniones del resto, hacen que todos se impliquen y reine la armonía.
Autoestima: No importa lo que pase en su interior, siempre muestran fortaleza, positivismo y seguridad. Eso al final se traduce en un efecto contagioso que se convierte en éxito.
Asertividad: No, no dan rodeos, y dicen las cosas como las hay que decir… pero tienen esa habilidad especial para no hacer daño con sus palabras.
Organización: Llevan el día a día como nadie, tienen todo organizado dentro de la flexibilidad.
… y así podría seguir hasta el infinito. ¿Lo mejor? Que son así de verdad, que les sale del corazón y que lo hacen desde la mayor de las generosidades posibles.
Ayudan a sus hijos por encima de todo. Da igual lo lejos que estén, que vivan en el piso de arriba o a 600 kms. Incluso cuando no pueden, sacan fuerzas no sé de dónde, y por muy mal que estén las cosas, esa ayuda aparece por arte de magia y, además, te regalan la mejor de las sonrisas. Son el mejor exponente de eso que digo que entre ser ordinario y extraordinario ‘solo’ hay un pequeño ‘extra’. Y éste lo tienen las Madres.
Me atrevo a decir que todavía queda mucho por hacer para que se les reconozca de verdad todo lo que han hecho, hacen y harán por nosotros. Es cosa de todos y sé que lo podemos conseguir porque se lo merecen… y lo sabemos. Nadie lo duda.
Por cierto, sólo añadir que este post lo he escrito en tiempo récord. Ha sido sencillo porque he utilizado un truco: pensar en mi Madre. Porque así es ella. Y a ella le debo lo que soy. Gracias por todo. Nos vemos muy pronto. Te Quiero…. Siempre!!!
Me ha parecido una reflexión fantástica. Mi madre nos dejó hace tiempo, pero comparto totalmente lo indicado.