Caray con los pesimistas tecnológicos
Seamos positivos en lo relativo a la tecnología. Yo, para empezar, os doy cuatro motivos.
Hay dos episodios de Black Mirror en los que pienso a menudo cuando pienso en la inteligencia artificial o, más concretamente, en la conciencia humana artificial. Uno adopta una óptica más pesimista, como es característico de Black Mirror, y el otro se inclina por una más optimista.
La primera proviene del episodio ‘White Christmas’. Un hombre, interpretado por Jon Hamm, tiene un trabajo entrenando ‘cookies’, clones digitales de personas, como asistentes personales. El funcionamiento de las cookies consiste en reproducir digitalmente la conciencia de un ser humano y almacenarla en un dispositivo con forma de huevo. Esa conciencia se utiliza entonces para atender todas tus necesidades, al estilo de Alexa: ‘¿Qué tiempo hace?, pídeme más comida, llama a Pepe’. ¿Qué mejor asistente personal que una reproducción digital de ti mismo?
El giro consiste en que los entrenadores tienen que romper primero la determinación del clon digital. El personaje de Jon Hamm está entrenando al clon de una mujer llamada Greta, pero el clon de Greta es testarudo y cree que es una persona de verdad; naturalmente, no obedece las órdenes. Jon Hamm ajusta la tecnología para que los años pasen para el clon de Greta en sólo unos segundos del ‘mundo real’. Rompe su voluntad y ella cede. Se convierte en subordinada de Greta en la vida real, viviendo en su cocina y actuando como su asistente personal.
El segundo episodio de Black Mirror es ‘San Junípero’, que examina la conciencia humana artificial desde una perspectiva más optimista. En este episodio, nos enteramos de que las personas que están a punto de morir pueden subir su conciencia a un mundo virtual llamado San Junípero. San Junípero es un lugar precioso y utópico donde la gente puede vivir en sus cuerpos jóvenes y sanos para siempre.
El episodio se centra en dos ancianas cuyos yoes más jóvenes se enamoran en la simulación de San Junípero… una bonita historia de amor.
En el mundo real, sus cuerpos humanos acaban muriendo, pero sus conciencias siguen vivas en la simulación. El plano final del episodio muestra la magnitud de la tecnología de San Junípero: millones de ‘personas’ almacenadas en un enorme almacén, conectadas a su idílica vida después de la muerte.
Estos dos episodios captan las dos caras de un avance tecnológico similar: un lado es premonitorio y el otro maravilloso.
Gran parte de la representación de la tecnología en la cultura pop ha sido históricamente distópica, de Brave New World a Ready Player One, de 2001: una odisea en el espacio a Gattaca. La más reciente Black Mirror continúa la tendencia: ‘San Junípero’ inyecta un raro optimismo en una serie sobre el lado oscuro de la tecnología. Por cierto, por si no lo sabéis, el nombre de la serie viene de lo que se convierten nuestras pantallas cuando están apagadas: espejos negros que nos muestran nuestros oscuros reflejos.
Pero hemos visto cómo los relatos distópicos pasaban de la ficción a la no ficción. Los periódicos y la televisión nocturna se inclinan hacia lo negativo, escribiendo críticas mordaces de la tecnología. Parte de esto está justificado, por supuesto: el escrutinio de las redes sociales es apropiado, por ejemplo, y muchas de las críticas antimonopolio contra las grandes tecnológicas tienen todo el sentido.
El impacto de la cobertura negativa de los medios se puede ver en los datos: las encuestas muestran un fuerte deterioro de la opinión sobre la tecnología:
La tecnología ha crecido hasta tener un peso del 28% del S&P 500, el mayor sector del índice (sanidad y consumo ocupan el segundo y tercer puesto con el 13% y el 12%, respectivamente). La revolución digital es la historia de este siglo, y todas las empresas se están reinventando con ayuda de la tecnología.
El ritmo de avance es asombroso. A continuación se muestra una imagen de 5 megabytes en 1956 frente a 1 terabyte en la actualidad. (Para contextualizar, 1 terabyte = 1.000.000 megabytes.) Un disco duro de un terabyte en 1956 habría tenido el tamaño de un edificio de 40 plantas; hoy, cabe en la yema de un dedo.
Los rápidos cambios tecnológicos provocan altibajos. Me gusta cómo enmarca Tim Urban: ‘las nuevas tecnologías en el siglo XX sacaron a miles de millones de personas de la pobreza y salvaron millones de vidas con innovaciones como la vacuna contra la polio y la penicilina. Tenemos aviones, radares y ordenadores. Pero también tuvimos la bomba atómica’.
¿Cuáles son los equivalentes en el siglo XXI? Tenemos implantes de retina y CRISPR, teléfonos inteligentes y realidad aumentada. Sin embargo, para muchos avances tecnológicos, el ‘jurado popular’ aún no ha decidido si son positivos o negativos en términos netos: redes sociales, realidad virtual, inteligencia artificial. Como en los dos episodios de Black Mirror, toda innovación tiene una dualidad: un lado positivo y un lado negativo.
El tema es que el discurso actual tiende a centrarse en el lado negativo; básicamente porque lo que nos falta es la visión optimista de la tecnología. Y mi opinión es que si trabajas en el mundo de las startups, la innovación,… o si miras al futuro, tienes que ser optimista. Las cosas cambian muy deprisa y cada avance trae consigo matices grises. Pero cuando se aleja la vista, el arco de la tecnología está curvado hacia un mundo mejor.
Hay algunos periodistas pioneros que informan sobre el progreso tecnológico, como C. Abram, por ejemplo, que tiene un canal de YouTube, que os recomiendo, llamado Huge If True que narra el lado optimista de la tecnología: úteros artificiales y Starlink, aviones eléctricos, fusión nuclear… O Laura Cuesta Cano, que en un web Educación Digital para Familias y en su libro ‘Crecer con Pantallas’ aporta todo su conocimiento, experiencia y recursos para que los más jóvenes crezcan teniendo una relación saludable y constructiva con la tecnología. Pero necesitamos más. Necesitamos contrarrestar las narrativas distópicas de la tecnología que es importante reconocer, sí, pero que en última instancia son contraproducentes por decirlo de forma suave.
Quiero hablaros sobre el marco general que utilizo para reflexionar sobre el impacto social de la tecnología. Las cuatro categorías no son perfectas, pero reflejan a grandes rasgos las cuatro razones por las que me entusiasma la tecnología.
En pocas palabras:
· La tecnología amplifica la creatividad dando superpoderes a las personas creativas. Cada uno de nosotros puede utilizar nuevas herramientas para hacer mejor las cosas y expresar mejor sus ideas.
· Al mismo tiempo, la tecnología amplifica la productividad, sobre todo para los trabajadores del conocimiento. Mientras que las herramientas creativas tienden más al hemisferio derecho del cerebro (visual e intuitivo), las herramientas de productividad tienden más al hemisferio izquierdo (lógico y analítico).
· Las dos categorías anteriores se centran más en el individuo. Pero somos animales sociales y la tecnología conecta a las personas de nuevas formas.
· Por último, la tecnología también conecta a las personas con el trabajo, no para la expresión social, sino para facilitar nuevas transacciones económicas que sustentan nuevos puestos de trabajo.
A continuación, me centraré en cada uno de estos aspectos y os pondré como ejemplo algunas startups que están trabajando en ello.
Amplificar la creatividad
La tecnología tiene una larga historia de amplificación de la creatividad humana. Y la humanidad tiene una larga historia de arremeter contra la tecnología que amplía los límites.
En una entrevista reciente en el podcast Dead Cat, el cofundador de Runway, Cristóbal Valenzuela, estableció paralelismos entre los avances actuales de la Inteligencia Artificial y las herramientas creativas del pasado. Las películas mudas, señaló, fueron rechazadas por Hollywood. Charlie Chaplin se negó a incluir diálogos en muchas de sus películas; su película Tiempos Modernos es en sí misma una crítica a la influencia de la tecnología en la vida humana.
Los críticos de ‘The Talkies’, como se llamaban las películas sonoras, se hacían una pregunta sencilla: ‘¿qué pasará con la orquesta?’.
La preocupación era que la orquesta que tocaba junto a las películas mudas se quedaría sin trabajo. Esta preocupación era válida, por supuesto, pero la introducción del sonido en las películas hizo crecer espectacularmente la industria, aumentando así el empleo neto en un orden de magnitud.
Esto es cierto en muchas innovaciones: dolor a corto plazo para algunos (por ejemplo, perder un puesto de trabajo en la orquesta), ganancia a largo plazo para muchos (por ejemplo, nuevos puestos de trabajo creados, como editor de sonido y mezclador de sonido). Todo cambio tiene externalidades positivas y negativas.
La empresa de Valenzuela, Runway, utiliza la IA para la edición de vídeo y la colaboración en tiempo real. En cierto modo, Runway es como Photoshop con esteroides, y Valenzuela también hace una comparación con los primeros días de Photoshop. El mundo del diseño rechazó rotundamente Photoshop, argumentando que la gente no sería capaz de distinguir la verdad de la ficción, algo que, en cierto modo, tiene ecos de la controversia actual en torno a los deepfakes. Por supuesto, el Photoshop tiene sus desventajas, recordemos cómo las portadas de revista retocadas sin duda nos hicieron sentir peor con nuestros cuerpos, pero también marcó el comienzo de una nueva ola de expresión visual.
Hace un par de meses, Runway ha anunciado su nuevo producto Gen-1, una herramienta que permite generar nuevos vídeos a partir de vídeos existentes. Por ejemplo, puedes tomar un vídeo tuyo caminando por la calle y convertirlo en una animación. Puedes coger un vídeo tuyo esquiando y transformarlo al estilo del alunizaje. La demo de Gen-1 en Twitter es impresionante.
La inteligencia artificial es sólo el último grito, pero la tecnología no ha dejado de reinventar la forma de crear de los seres humanos. Figma ha llevado el diseño al navegador, ampliando la definición de ‘diseñador’. Veed dota a sus usuarios de superpoderes para crear vídeos; Overwolf facilita la modificación y creación de aplicaciones para juegos; Descript permite una edición de audio intuitiva.
Mejores herramientas creativas fomentan la creación. Lo vemos con TikTok y su aplicación de edición hermana, CapCut, dos de las cinco aplicaciones más descargadas de 2022.
Lo vemos en Roblox y Minecraft, que permiten a los niños construir mundos complejos con legos de software. Durante años, ‘Minecraft’ fue el segundo término de búsquedas en YouTube, por detrás de ‘música’, mientras millones de personas aprendían a crear mundos. Aquí está Shabo Neeno, de 10 años, enseñando a otros a construir con Roblox Studio en su canal de YouTube. ¡10 años!
Y vemos más creación en los contenidos de calidad profesional que ahora se hacen con herramientas accesibles. Películas ganadoras del Oscar como Parásitos, La red social y No es país para viejos se han editado con el programa Final Cut Pro de Apple, algo que tú y yo podemos comprar por 299 euros. Lil Nas X compró el ritmo de ‘Old Town Road’ por 30 dólares en BeatStars, y la canción se convirtió en el número 1 más largo de la historia de Billboard Hot 100, con 19 semanas consecutivas en la cima.
La próxima oleada llegará con herramientas creativas basadas en IA, como Midjourney, Runway y Alpaca. De momento, la mayoría se centran en la imagen, pero veremos cómo se extienden a formatos multimedia más ricos, como el vídeo y los mundos de juego en 3D.
Amplificar la productividad
Al igual que la tecnología puede dar superpoderes a los creativos, la tecnología puede hacernos mejores y más rápidos en nuestro trabajo. Lo hemos visto con las herramientas de productividad de la última generación: primero Microsoft 365, luego Google Workspace y, por último, el auge de startups como Slack, Notion y Figma. Pero también lo vemos en soluciones para áreas específicas, como la de people, talento o recursos humanos, o como la queráis llamar, como es el caso de la española Sesame, que está implementando inteligencia artificial para eliminar tareas tediosas y repetitivas que quitan foco de lo importante: las personas. Sobre ello, además, versó su evento ‘HRTalks: la revolución de la inteligencia artificial’, celebrado esta semana en Valencia y en el que tuve el honor de participar (aprovecho, si me lo permitís, para dar las GRACIAS una vez más).
En una entrevista en Forbes hace unas semanas, Bill Gates declaró que la IA aumentará el trabajo de oficina, con efectos que cambiarán vidas:
‘Llevando el sombrero de mi fundación, la idea de que un tutor de matemáticas esté disponible para los estudiantes del centro de la ciudad, o que el asesoramiento médico esté disponible para las personas en África que durante su vida, por lo general, nunca llegarían a ver a un médico, es bastante fantástico. No tenemos trabajadores de cuello blanco disponibles para muchas causas nobles. Debo decir que, en el último año, los avances en IA me han entusiasmado’.
Gates continuó nombrando a la IA como sucesora de un linaje de tres momentos tecnológicos únicos: el ordenador personal; el ordenador personal con interfaz gráfica de usuario, lo que hizo accesible el PC al gran público; e Internet.
‘Yo diría que esto está justo ahí arriba. Tenemos el PC sin interfaz gráfica. Luego tenemos el PC con interfaz gráfica, que son cosas como Windows y Mac... Luego, por supuesto, Internet lo lleva a un nivel completamente nuevo. Cuando era CEO de Microsoft, escribí el memorándum del "maremoto" de Internet. Es bastante sorprendente que lo que estoy viendo en la IA en los últimos 12 meses sea tan importante como el PC, el PC con interfaz gráfica o Internet. Este es uno de los cuatro hitos más importantes de la tecnología digital’.
En épocas anteriores, la tecnología impulsó la productividad humana. La máquina de vapor transformó el trabajo mecánico. El telar mecanizado industrializó el tejido. El motor de combustión interna demostró ser mucho más potente y escalable que los caballos. En la era tecnológica más reciente, el software hizo la magia. Todavía hay herramientas de software emergentes que facilitan y agilizan el trabajo, pero no hay duda de que la IA es la próxima ola. Me gusta cómo lo expresó Amjad Massad, fundador de Replit, en un podcast reciente: ‘Las herramientas de IA acortan la distancia entre la idea y el producto’.
Hebbia es la búsqueda neuronal para la empresa, es decir, Ctrl+F pero para preguntas contextuales y matizadas. Rewind es ‘el motor de búsqueda de tu vida’, que te permite ordenar todo lo que has visto, oído y leído. Rewind comenzó cuando su fundador, Dan Siroker, se planteó una sencilla pregunta: ‘¿Y si pudiéramos utilizar la tecnología para aumentar nuestra memoria del mismo modo que un audífono puede aumentar nuestra audición?’.
Y ChatGPT, por supuesto, lo está cambiando todo. Los laureles siguen acumulándose: ChatGPT aprobó un examen de MBA en Wharton; se presentó al colegio de abogados y aprobó; sí, y también aprobó exámenes médicos.
Es interesante este artículo sobre cómo ChatGPT puede ahora aumentar, y casi sustituir, todo lo que hace un profesor, de principio a fin. En resumen…:
· Pídele a ChatGPT que cree un programa para ti sobre el tema que elijas.
· A continuación, pídele que cree el guión de la primera o las dos primeras lecciones.
· Modifica y edita el guión para asegurarte de que es correcto.
· Conéctalo a una herramienta como Synthesia.
· Sube estas "clases" a la plataforma de alojamiento que prefieras.
· Voilà.
Antes de terminar esta parte, dos reflexiones sobre cómo la IA puede afectar a la productividad:
En primer lugar, a menudo pienso en la cita de Robert Graves: ‘No existe la buena escritura, sólo la buena reescritura’. ¿Sustituirá la IA el acto de escribir un primer borrador? Quizá todos nos convirtamos en editores, pulidores que añadan un toque humano al texto producido por la IA.
Y en segundo lugar, ¿quién gana? Las grandes tecnológicas son las dueñas de la distribución, sobre todo Microsoft y Google. Más de mil millones de personas utilizan herramientas como Excel y Google Docs. ¿Se limitarán los Goliat a añadir la IA como una capa más a las herramientas que ya utilizamos? ¿Acallarán a los advenedizos del mismo modo que Microsoft Teams utilizó una mejor distribución para frenar el crecimiento de Slack? ¿O es la IA un cambio de paradigma lo suficientemente grande como para que las empresas más ágiles con la IA codificada en su ADN puedan superar a los gigantes de la productividad?
Conectar a la gente
Una de las cosas que más me gustan de Internet es cómo conecta a la gente.
Hace treinta años, el concepto de red social no existía. Hoy, miles de millones de personas se conectan a través de docenas de enormes redes.
Ya lo dijo Jack Conte, CEO de Patreon: ‘Puede que hayas crecido en un pueblo pequeño, donde eras la única persona entre 1.000 con un interés específico. Pero en Internet hay 4.500 millones de personas, lo que significa que hay 4,5 millones de personas que comparten tus intereses. En Internet, ningún nicho es demasiado nicho’. Esto ayuda a explicar los 19 millones de servidores activos semanales de Discord y los 2,8 millones de subreddits de Reddit, cada uno de ellos una próspera comunidad de nicho.
Y para muestra, Soul, una empresa china de consumo social.
Soul es única porque aprovecha la capacidad de conexión de Internet. Soul, que se describe a sí misma como ‘un patio de recreo social en línea impulsado por algoritmos’ te pide que hagas un test de personalidad inspirado en Myers-Briggs, y luego utiliza tus respuestas para ponerte en contacto con personas afines. Interactúas con estas personas en ‘planetas’, cada uno de ellos creado en torno a un interés común.
Soul es raro, sí, pero es un ejemplo fascinante de cómo la tecnología puede unir a la gente. La solicitud de salida a bolsa de la empresa en 2021, más tarde desechó sus planes de cotizar en Estados Unidos, lo reflejaba bien: ‘Creemos que el patio de juegos virtual Soul permite a los Soulers relacionarse libremente con gente nueva y compartir sus ideas liberándose de las limitaciones de las conexiones offline’.
Conectar a las personas con el trabajo
Nos relacionamos con otras personas por muchas razones: amor, sexo, amistad o pertenencia. La sección anterior se centraba en esas conexiones sociales, necesidades humanas facilitadas por la red de Internet de 4.500 millones de usuarios.
Pero también nos relacionamos con otras personas por motivos más prácticos: para realizar transacciones, normalmente profesionales/económicas. Dicho de otro modo: para trabajar. La tecnología también facilita estas conexiones. Uber pone en contacto a un conductor con un pasajero, LinkedIn conecta a un posible empleado con un reclutador, Glovo te conecta con alguien dispuesto a llevarte tu antojo a casa.
Estos ejemplos facilitan sobre todo el trabajo fuera del entorno online: Internet facilita la búsqueda de trabajo, mientras que el trabajo se realiza en el mundo real. Pero lo más frecuente es que una nueva generación de empresas tecnológicas facilite empleos nativos digitales.
Por ejemplo, puedes ser terapeuta en línea con Headway o dietista en línea con Nourish; puedes enseñar inglés a través de Cambly o vender ropa en Whatnot. O ir un paso más allá: tener tu propia boutique Flagship.
La gente lleva mucho tiempo queriendo un trabajo más flexible y autónomo. Los Millennials estaban tan hartos de las estructuras corporativas en 2013… como la Generación Z lo estará en 2023. Lo que es diferente ahora es que hay más alternativas, más opciones de trabajo autónomo, a menudo trabajo que no requiere levantarse del sofá.
En 2027, Estados Unidos se convertirá en un país con mayoría de trabajadores autónomos, con 86 millones de autónomos. En España, autónomos,… ya veremos.
Muchas de las empresas tecnológicas de más éxito conectan a las personas con el trabajo de nuevas formas. Hace una década, se trataba de la red de vendedores de Amazon, el ecosistema de creadores de YouTube o los artesanos de Etsy. Ahora son nuevos empleos como el de vendedor de Whatnot. De hecho, un artículo de no hace mucho se centraba en cómo Whatnot transformó la vida de una mujer llamada Zoreen Kabani. Kabani es una streamer de Dallas que sale en directo todas las noches para vender ropa que consigue en subastas online y tiendas de segunda mano. Según sus propias palabras: ‘Me enamoré enseguida y ahora Whatnot es mi vida. Lo considero como mi trabajo de empresa. Compro constantemente, y eso ha sido lo mío: vestirme bien y estar guapa. Es algo que buscan mis clientes, ver lo que llevo puesto’.
En una noche normal, Kabani transmite para un público de entre 85 y 200 personas. ‘Siempre bromeo diciendo que soy una solitaria, pero cuando estoy en Whatnot no tengo la sensación de estar trabajando. Parece más una reunión con mis amigos que otra cosa’. En su primer mes en la plataforma, Kabani ganó 12.000 dólares; en sus tres primeros meses, 50.000!
El trabajo online también ha llegado para los ‘trabajadores del conocimiento’. Según un estudio:
El estudio resume: ‘En medio de 130.000 despidos tecnológicos, el 62% de los trabajadores del conocimiento dicen que ya no se sienten seguros comprometiéndose con un solo empleador’. El estudio fue encargado por A.Team, una startup que pone en contacto a talentos de ingeniería, producto, marketing y diseño para crear equipos. Siempre es bueno tomarse este tipo de estudios con cautela, pero A.Team es un ejemplo interesante de trabajadores muy bien pagados y formados que recurren a formas ‘no tradicionales’ de monetizar sus habilidades.
Reflexiones finales
Uno de los mejores artículos que leí hace unas semanas fue el de la portada de marzo de The Atlantic, ‘We've Lost the Plot’, de Megan Garber, en el que dice que…
Ninguna empresa ha apostado más por el futuro (de nuestro metaverso) que Mark Zuckerberg. En octubre de 2021, renombró Facebook como Meta para plantar bandera en este paisaje teórico. Para su nuevo logotipo, la empresa rediseñó el símbolo del infinito, todo giros sin fin. La elección fue acertada: La aspiración de la empresa rebautizada es diseñar una especie de infinito. ¿Por qué tener meros usuarios cuando se puede tener residentes?
¿Por qué tener meros usuarios cuando puedes tener residentes? Maldita sea.
Garber prosigue su crítica de nuestra existencia digital en forma de máquina tragaperras:
Vivir en este entorno el tiempo suficiente, y se hace difícil procesar los hechos del mundo a través de algo que no sea entretenimiento. Nos hemos acostumbrado tanto a su atmósfera exaltada que, en comparación, la versión real de las cosas empieza a parecernos aburrida. Hace poco, una aplicación meteorológica me envió una notificación push ofreciéndome información sobre "tormentas interesantes". No sabía que necesitaba que mis tormentas fueran interesantes. O pensemos en un correo electrónico que recibí de TurboTax. Me informaba, alegremente, de que "hemos reunido los mejores momentos fiscales de este año y hemos creado tu propia historia fiscal personalizada". Aquí estaba el imperativo del entretenimiento en su forma más absurda: Incluso mi formulario 1040 viene con un carrete de lo más destacado.
Estas críticas están justificadas: la tecnología tiene muchísimas desventajas. También son importantes; como sociedad, deberíamos reconocer los elementos distópicos de las nuevas innovaciones, al estilo de Black Mirror.
Pero es importante equilibrar las críticas con la visión optimista, la del impulso hacia adelante, la de cómo la tecnología mejora la vida. Gran parte del mundo de las startups y del capital riesgo se basa en el optimismo; es difícil hacer apuestas audaces siendo pesimista. Siempre he admirado las tesis de USV, por ejemplo, incluida la Tesis 3.0, que se centra en cómo la tecnología puede ampliar el acceso al conocimiento, al capital y al bienestar. Y me ha gustado lo que recientemente dijo Kirsten Green, de Forerunner Ventures: ‘la próxima oleada de empresas que cambien el juego serán empresas que cambien la vida’. Kirsten señaló cinco categorías:
Dentro de cada una de ellas, las startups están encontrando nuevas formas de mejorar la vida. Quizás dedique pronto un artículo completo a cada una de estas categorías.
El marco que guía este artículo no es perfecto, pero es una forma de entender las cosas buenas que ocurren con la tecnología.
Es bueno que ya no se necesiten 100.000 euros de equipo especializado para hacer algo que quede bien. Cualquiera puede ser creativo con herramientas accesibles y de bajo coste.
Es bueno que la tecnología pueda eliminar muchos de los componentes rutinarios del trabajo, como hicieron los motores, las turbinas y las cintas transportadoras hace 100 años. Todos podemos ser más productivos, con la tecnología dándonos superpoderes.
Es bueno que podamos conectar con otras personas de nuevas formas, que podamos entablar relaciones enriquecedoras y pertenecer a nuevas comunidades.
Y es bueno que podamos conectar a las personas con nuevas formas de trabajo, a menudo más flexibles, autónomas y económicamente gratificantes.
Hay más cosas que contar en futuros artículos sobre el lado optimista de la tecnología, pero estos son algunos ejemplos. Son los que me mantienen con energía, lucidez y motivación día tras día.
’Stay hungry, Stay foolish’. Steve Jobs.